La depresión como causa para el insomnio

Un amplio campo de la medicina

La depresión tiene un origen complejo que no siempre se diagnostica correctamente, al desconocerse el origen es más complicado dar con el diagnóstico correcto.
Una vez me comentó una médico recién salida de la universidad que para ellos el saber que padecemos es como un puzzle, cuantas más piezas tuvieran mejor darían con lo que nos pasa.

Entre los síntomas típicos de esta enfermedad, está sin duda el insomnio. Los trastornos del sueño, que se deben a los estados de ánimo depresivos, pueden ser y son para el interesado una carga a largo plazo, ya que el éxito del tratamiento de un estado de ánimo depresivo por lo general se prolonga durante mucho tiempo.

Sin embargo, la depresión no es sólo depresión. Ser y parecer no es siempre lo mismo.

La depresión invernal

En los meses de invierno hay más personas de las que pensamos que sufren de la llamada depresión invernal. Es una forma leve de depresión que muchos hemos padecido y esto es debido a la bioquímica de nuestro organismo y que se debe en parte a la melatonina. Para otros es una leve tristeza que se produce por falta de luz, que no conlleva unido ningún tratamiento médico. Este hecho se denomina trastorno afectivo estacional.

Debido a que cuando dormimos, producimos melatonina, una hormona que regula el ritmo biológico, encargada de proporcionar un sueño profundo. La distribución más alta de la misma tiene lugar a media noche o más tarde (depende de la hora en la que nos acostemos) y se produce con indiferencia de si dormimos o no.
Por la mañana normalmente se degrada de nuevo bajo la influencia de la luz, como debe de ser ya que un aumento excesivo de los niveles de melatonina hace que nos sintamos deprimidos.

Ya que para muchos cuando por fin se hace de día en invierno, hace tiempo que está despierto, la degradación de la melatonina se produce más tarde, y por lo tanto a veces conduce a una depresión leve. Los días oscuros y grises de invierno empeoran más la situación, ya que la luz que ofrece no es suficiente para eliminar la melatonina producida por la noche. Si la melatonina no se degrada y queda en el organismo causa depresión.

Dormirse

Para muchas personas con depresión el dormir es un problema permanente. A menudo, las situaciones depresivas comienzan principalmente en las horas de la tarde, cuando los pensamientos ya no están enfrascados en las distracciones cotidianas del trabajo u otros temas. Al llegar a casa o al haber acabado la faena, nuestro cerebro gira en torno a la problemática actual y se atasca  con nuestros pensamientos. Esta espiral aumenta especialmente a la hora de dormir, y esta situación suele conducir a menudo de forma automática al insomnio. Particularmente problemático es en esta situación cuando la persona afectada está despierta muchas horas y justo antes de sonar el despertador se queda dormida.

Hemos de procurar tener pensamientos relajantes y tranquilizadores, ya que de lo contrario nuestros pensamientos solo van a empeorar más el problema.

La falta de sueño continuo

A menudo la depresión es responsable de que las personas afectadas se despierten por la noche y ya no sean capaces de conciliar el sueño. Las razones pueden ser completamente diferentes. A veces, no hay ninguna razón para ello, otras son los malos sueños o incluso las pesadillas el detonante para despertarnos. Especialmente en las tranquilas horas de la noche, muchos comienzan de nuevo a meditar y luego no son capaces de volver a dormirse o lo que es peor, se quedan dormidos unos minutos antes de que suene el despertador y padecen somnolencia diurna.

Somnolencia diurna

Durante el día, muchas personas tienen una fase de «cansancio», cosa bastante normal. Si regularmente dormimos durante el día más de 45 minutos, o no nos levantamos hasta el mediodía, entonces puede ser que estemos más cansados de lo habitual y tengamos durante el día el llamado “sueño diurno”, que es también uno de los trastornos del sueño. No hablo de la típica siesta.

La somnolencia durante el día a menudo se produce como consecuencia de los problemas para dormir durante la noche, realmente es comprensible, si por la noche no podemos dormir.

Por otra parte, puede darse el caso contrario, cuando tenemos una muy fuerte necesidad de dormir 10 horas o más al día. El afectado prefiere simplemente ocultar sus problemas a las personas de su entorno o durmiendo hasta el mediodía o durmiendo “siestas” de más de 2 horas, de forma que duerme no solo de noche sino también de día.

No importa si somos el primer caso, es decir que estamos cansados o somnolientos o el segundo, en el que dormimos hasta tarde o largas siestas, en ambos casos, se acorta el tiempo en el que somos  productivos. El afectado tiene la sensación de que ha dormido poco y quiere dormir más, ya que ha dormido incluso menos de lo que había previsto; además si se levanta a media mañana reduce las horas de luz natural necesarias para reducir los niveles de melatonina. Todo ello a su vez tiene un impacto negativo en su estado de ánimo ya deprimido, es decir un círculo vicioso.