Por fin duermo bien
Mi experiencia contra el insomnio
Hola amigos, he decidido escribir un blog sobre como conseguí superar mi grave insomnio. En esta página voy a describir, además de mi experiencia con el insomnio, como pude vencerlo y como, irme a la cama dejó de ser un problema para dormir. De ahí el nombre de mi página Web.
¿Por qué la escribo? Creo que es bueno que cuando uno padece insomnio saber que no esta solo, que hay cosas que podemos hacer para salir de esta situación y que no es una situación que necesariamente sea para siempre. A mi me hubiera gustado haber tenido a alguien a mi lado durante mi desesperación, alguien con el que hubiera podido hablar sobre mis problemas de sueño o sencillamente haber intercambiado opiniones aunque solo hubiera sido por Internet.
Con el enfoque correcto se puede mejorar mucho, creedme.
De pequeña me gustaba estar en la cama y leer o hablar con mi hermana antes de dormirme, me costaba algo más dormir que al resto de los niños, pero tampoco era por aquel entonces un problema para preocuparse seriamente.
Todo siguió más o menos igual hasta que llegué a la adolescencia, por aquella época ya empecé a tener malas noches; allí empezaron mis primeros trastornos del sueño. El problema no había hecho más que empezar, ya que cuando empecé a estudiar en la universidad, dónde se compaginaban las noches de estudios con las de fiestas, la cosa fue a peor. Pero más o menos salía del paso no se si por mi juventud o energía pero mi cuerpo aguantaba mis noches en vela.
Con el estrés empezaron los problemas
Me casé joven con mi amor de universidad ¡grave error! Pasaron los años con más o menos noches con pequeños problemas de sueño, pero nada grave, hasta que empezaron seriamente mis problemas de sueño, por aquella época, pasados los 30, tenía bastante estrés tanto profesional como personalmente. Mi marido se había separado de mí para rehacer una nueva vida con su nueva familia y me encontré de repente, sin beberlo ni comerlo, viviendo como una madre soltera. Nunca pensé que me iba a suceder esto a mí, yo como le sucede a muchas otras personas fui la última en enterarme de todo; y por si fuera poco también fue una época dura en el trabajo. Una situación, extremadamente difícil que me llevó a tener serios problemas de sueño. ¿Quién puede desconectar estando en esa situación cuando se va a la cama? Mi «come cocos mental» comenzaba en esos momentos y las preocupaciones parecían de madrugada todavía más grandes.
Durante el día trabajaba como la que más, salía del trabajo e iba corriendo a comprar algo, ya que por mucho que hiciera el sábado la compra de la «semana» siempre faltaba algo que comprar. Además sin olvidar que durante el día también tenía que arreglar papeles o hablar con los profesores de mis hijos, y ¡como no! Las discusiones con mi marido, por el piso, la casa, los hijos, mis suegros; los pobres solo querían ayudar y ver a sus nietos, pero aparecían cuando menos los esperaba.
Una vez que había acostado a los niños, yo que llevaba todo el día cansada, me quedaba con frecuencia dormida viendo la televisión. Pero cuando me iba a la cama, ¡ya estaba despierta otra vez! Cada día estaba más cansada, más aturdida, con menos vitalidad. Tenía menos ilusión por las cosas, estaba irritable, me molestaba todo y «todos». Empecé con dolores de cabeza, con flojera física y mental.
Como es lógico, después de un tiempo me sentía totalmente cansada y agotada. Gracias a mi madre, que veía mi descenso al abismo con mucha preocupación, y me obligó a coger unos días para relajarme y recargar pilas, me fui a un hotelito de montaña.
Eso ayudó, sin embargo, sólo varios días. Me recuperé de nuevo y pensé que la crisis o los malos momentos de sueño ya habían pasado; pero lamentablemente ese no fue el caso.
El problema siguió su camino y la falta de sueño se convirtió en mi compañero
Mi vida durante mucho tiempo no cambió mucho, seguía siendo una situación insatisfactoria en general, nada había cambiado fundamentalmente. Apenas había una noche en la que dormía más de 3 horas seguidas. En primer lugar tardaba mucho en dormirme y a lo más tardar a las 4 de la mañana yo estaba despierta otra vez. Mirar el reloj del despertador solo empeoraba las cosas. Cuando eran las 6.30 siempre respiraba con profundidad y pensaba, “otra vez más”, un verdadero infierno: El insomnio me tenía completamente bajo control. Yo era infeliz y mi mal humor lo pagaba con los niños. Mi falta de concentración aumentaba día a día y por lo tanto los errores en el trabajo, que gracias a mis compañeros no llegaron a más.
Yo iba del trabajo derechita casa, salvo que hubiera que comprar algo urgente, con lo cansada que estaba poco más podía hacer, aunque mis hijos, que si habían descansado, querían jugar o tenían que hacer los deberes. Por la noche, la historia de siempre, el miedo a dormir, el miedo a pasar otra noche en vela. Yo sabía que iba a darle vueltas a la cama durante horas de un lado a otro y sin poder dormir. Con ese miedo en el cuerpo, por supuesto, no podía dormir. Un círculo vicioso: La falta de sueño fue mi nuevo compañero.
Seguía trabajando una jornada de 40 horas a la semana como mínimo, yo quería ser fuerte y demostrar que con dos hijos yo podía como la que más ¡Grave error! Al tomar más responsabilidades en el trabajo también adquirí más insomnio y más estrés.
Empecé a no salir los fines de semana, salvo al parque por mis hijos, estaba demasiado cansada para mucho más ¡No me relajaba ni los fines de semana ni fiestas! Empecé a leer libros sobre como dormir mejor, de autoayuda y en general todo lo que creía que me podía ayudar.
Probé los medicamentos habituales sin éxito
Una de esas noches en las que no podía dormir, me senté ante el ordenador y comencé a investigar. En internet hay mucha información contra el insomnio, casi todo lo que leía lo había probado y no me había ayudado, pero me relajaba leerlo, parecía tan normal tener insomnio, que de alguna forma me quitaba esa rabia que tenía por no poder dormir.
Antes de tomar pastillas para dormir, ya había probado todos los remedios caseros habituales que se usan desde la época de mi abuela: primero probé lavanda y melisa, más tarde valeriana, luego lo intenté con la hierba de San Juan, tés y demás extractos de hierbas que me aconsejaban mis amigas o en el herbolario. Incluso me puse una almohada pequeña con melisa y manzanilla en la cama, porque me habían dicho que aseguraba un sueño tranquilo. Para mí, por desgracia, en vano.
Mi salvación: Aminoácidos naturales
A mí al final me ha ayudado lo que menos esperaba, al principio yo era algo escéptica. Probablemente porque no tenía ni idea de lo que eran exactamente los aminoácidos naturales. Mi escepticismo era sobre todo porque la palabra «ácido» tenía para mí una connotación negativa. Eso no puede ser sano, pensaba yo entonces. Hoy debo confesar que estaba completamente equivocada.
Una amiga me dijo que había leído algo sobre el efecto positivo de los aminoácidos, y me explicó que eran de vital importancia para todo el organismo, también me explicó que contribuyen eficazmente a promover un sueño sano, ya que ayudan a desintoxicar el cuerpo, también me explicó que yo no había oído hablar mucho sobre ellos ya que no hace mucho que se conocen todos sus beneficios. Un médico obtuvo el premio Nobel de medicina por sus estudios sobre los beneficios de la arginina en varios campos, incluido el sueño.
Desde luego despertó mi curiosidad. Tras realizar investigaciones adicionales encontré mucha información en internet. Averigüé mucho sobre los beneficios de los aminoácidos, entre otras cosas, que la arginina junto a la glutamina y la carnitina me podían ayudar en mis problemas de sueño. Estos aminoácidos se aseguran entre otras cosas, de que el amoniaco existente en las células sea eliminado de una manera natural y sin efectos secundarios (la mayor parte del amoniaco producido en el organismo es utilizado por el hígado para producir urea). El amoniaco es especialmente tóxico para el cerebro y si no es eliminado causa entre otras cosas, insomnio. Una ventaja es que se trata de un complemento alimenticio y no de un medicamento con recetas. Se pueden tomar fácilmente en forma de suplemento dietético.
Eso fue lo que hice, después de investigar un poco sobre los diferentes productos con aminoácidos empecé a probar algunas marcas; varias semanas después empecé a sentir una leve mejoría que fue poco a poco en aumento hasta llegar a una mejora significativa en mi situación nocturna. Poco a poco empezaba por las mañanas a estar nuevamente descansada, estaba más concentrada y con más energías. Mis hijos y colegas estaban contentos de que la «vieja Marta» hubiera vuelto.
Como cuento más adelante, fueron los aminoácidos naturales junto a algunos cambios en mi vida, lo que al final me ayudó a superar el insomnio.
Además del portal de conocimientos, hay un portal que compara varios productos y servicios de los mayores proveedores de suplementos dietéticos que contienen aminoácidos, ellos los han examinado y evaluado, lo malo es que no le he encontrado en español solo en francés, italiano y alemán. Si además queréis más información o estáis interesados en un intercambio de experiencias, estaría encantada de compartirlas. Solo tenéis que poneros en contacto conmigo a través del formulario de contacto y enviar un correo electrónico, es rápido y sencillo. Me encanta compartir experiencias, pero por mi tipo de vida, no puedo escribir cada día, así que no os preocupéis si tardo en contestar.
Un abrazo
Marta